De Oaxaca nos fuimos a Chiapas, fueron 6 horas (más o menos) de camino, en las cuales dormí, basicamente. Ibamos a llegar al Cañón del Sumidero, pero se nos hizo tarde y ya no pudimos entrar. Pasamos una noche en Tuxtla, donde paseamos por el centro y fuimos a la Plaza de la Marimba a bailar.
Temprano al día siguiente nos fuimos a El Chiflón. Es una cadena de cascadas muy muy bellas. Lo más padre es que te puedes parar abajo de la más alta y recibir toda la brisa. Acabas empapado, pero se siente muy bien, es energetizante. También el aventarme de la tirolesa fue algo muy padre. Pero al menos a mí, mi parte favorita fue cuando nos metimos a nadar. Nos metimos en la parte permitida, donde hay unas mini cascaditas. Y estar ahí, sentados literal en la cascadita, era como recibir un masaje, y a la vez como fundirse con el río. Mágico.
Temprano al día siguiente nos fuimos a El Chiflón. Es una cadena de cascadas muy muy bellas. Lo más padre es que te puedes parar abajo de la más alta y recibir toda la brisa. Acabas empapado, pero se siente muy bien, es energetizante. También el aventarme de la tirolesa fue algo muy padre. Pero al menos a mí, mi parte favorita fue cuando nos metimos a nadar. Nos metimos en la parte permitida, donde hay unas mini cascaditas. Y estar ahí, sentados literal en la cascadita, era como recibir un masaje, y a la vez como fundirse con el río. Mágico.
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