Nápoles es una ciudad que me sorprendió. A diferencia de todos los pueblitos y ciudades en las que estuvimos durante el viaje Nápoles no es una ciudad "bonita", es una ciudad desordenada y sucia, llena de grafitis. Pero nos encantó, pese a eso. Una vez que te permites ver más allá de los defectos, estos se convierten en un ingrediente para hacer de la ciudad algo muy atractivo. Está llena de vida y es muy alegre, mucha gente en la calle (no solamente turistas).
Se supone que ahí se inventó la pizza. El primer día fuimos a L'Antica Pizzeria da Michele, que en teoría es una de las pizzerías más ricas y tradicionales de ahí, y vaya que tienen fila. Sólo tienen marinara y margherita, y aunque estaba rica, no me encantó, por lo que me sentí decepcionada. Pero al día siguiente invité a mis papás a cenar por su aniversario y comimos la pizza más deliciosa en la Antica Pizzeria dell'Angelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario